En el matadero registrado por la Guardia Civil se traficaba con carne de caballo fraudulenta. Los responsables: un grupo organizado que compraban caballos de recreo no destinados al consumo humano, falsificaban su documentación y el control sanitario y lo adaptaban para verderla como carne consumible.

Cinco detenidos, entre ellos un veterinario valenciano encargado de firmar las falsas cartillas de los caballos y el cabecilla de la trama: el que movía el negocio. En cada operación, en la que podían llegar a vender hasta cien caballos, ganaban en torno a 10. 000 euros. Si los dueños de los mataderos o los vendedores de los caballos están implicados o no aún no se sabe.

Pero lo que más preocupa es si la carne vendida es  tóxica para la salud, algo que en este momento se está analizando. Que no haya pasado los controles sanitarios oportunos, no significa necesariamente que sea tóxica.

La carne de caballo ha sido protagonista de grandes escándalos alimentarios. El año pasado se detuvieron en francia a 21 personas que compraban los animales vivos a empresas  farmacéuticas que los habían usado previamente en experimentos. En aquel caso la fiscalía de marsella descartó el riesgo sanitario.

Pero lo que más ha preocupado es la venta de carne de caballo en productos etiquetados como carne de vacuno o mezclando los dos tipos de carne para abaratar los costes, sin avisar al consumidor. La Guardia Civil continúa con  los  registros  en mataderos, domicilios y fincas de 9 comunidades autónomas, entre ellas Valencia, el epicentro de la trama.