Los mineros descendieron en una jaula por la galería vertical hasta una cota de 70 metros de profundidad. Allí, por una ventana de 1,20 metros de alto y poco más de un metro de ancho, comenzaron cavar un túnel de cuatro metros, del que ya han superado el primer metro.

Tienen falta de iluminación y condiciones muy complicadas, pero a las que están acostumbrados. Además, están picando de rodillas, tumbados y en cuclillas. Aunque han empezado con piquetas y martillos neumáticos, el terreno decidirá lo demás porque es muy probable que se encuentren con roca dura, por lo que podría entrar en juego los TEDAX.

Los mineros van equipados con sistemas autónomos de oxígeno, pero para evitar contratiempos, los agentes mantienen activo otro dispositivo de aire. Estos tubos son los que se encargarán de la ventilación aunque aún así trabajarán en turnos de 30 a 40 minutos.

Es el trabajo más arriesgado, por eso antes han tenido que acondicionar la galería para garantizar la seguridad de todos ellos. Durante horas, incluso de noche, han estado encamisando el pozo. Durante la noche de este jueves, la Guardia Civil ha tenido que realizar dos microvoladuras por la dureza del terreno, que dificultaba el trabajo de los mineros.

El foco está en encontrar a Julen tras 12 días de trabajo ininterrumpido haciendo frente a imprevistos y todas las complicaciones que han ido surgiendo.