Hasta cuatro mujeres que participaban en la asociación Infancia Libre han sido detenidas. El último caso es el de la vicepresidenta de la organización, cuya expareja, Mauro García, llevaba cinco años sin ver a la hija de ambos.
Mauro explica en el programa que ya ha visto a su hija, y se muestra muy contento: "Está muy integrada con sus primos y sus tías". Durante cinco años, padre e hija no habían tenido ningún tipo de contacto. "Una vez fui al colegio a verla, y estuve un par de minutos, hasta que me echaron del colegio", explica.
Su hija estaba en Granada y él trabajaba en Madrid, aún así bajó al punto de encuentro cada dos semanas durante tres años. "Lo empiezo a hacer siempre con la gran ilusión de verla, pero evidentemente de forma infructuosa", relata.
Además, fue acusado de abusos sexuales a la menor. La denuncia fue archivada en dos ocasiones. Lo que sí explica es que tiene una condena por vejaciones: "Cuando tratamos de buscar una salida a la custodia compartida, ya que ella se quería ir a vivir a Galicia, en el proceso de negociaciones ella empieza a acosarme de manera permanente, acusándome de pegar a nuestra hija", indica.
Un día, tras la cita con un mediador, prosigue Mauricio, "ella empezó a hacer acusaciones de que pegaba nuestra hija. En ese estado que nos encontrábamos le dije que iba a salir a respirar a la calle porque se estaba poniendo muy fuerte. Estando ella a 30 o 40 minutos de distancia le di una patada a la puerta".
Una semana más tarde, él recibió una condena por maltrato psicológico. "Me dijeron que si a mi me parecía bien tener una orden de alejamiento hacia la madre, como una especie de acuerdo. Me estaba haciendo mucho daño, así que era como un descanso de contacto con ella", indica el padre.
Tres meses más tarde, fue la denuncia de abuso sexual, "puesto que ella no había conseguido quitarme la custodia compartida", denuncia Mauricio.
¿Infancia Libre es una organización criminal?
"Yo desconocía Infancia Libre hasta hace un mes, cuando empezó a saltar a los medios", explica Mauricio. Le saltaron las alarmas cuando se dio cuenta de las coincidencias: "El modus operandi y letrados y psicólogos. Además, la madre vivía donde estaba una de las madres".
Eso sí, añade que serán los jueces quienes tengan que decir si esto es una organización criminal o no.