El único detenido por la muerte de la joven Romina Celeste es su marido. Continúa sin confesar el crimen pero los inspectores no cesan su trabajo y ahora recavan pruebas que confirmen su autoría.

Investigan la casa de ambos y el coche, los lugares donde la Guardia Civil encontró restos cadavéricos. También analizan estos restos para reconstruir con exactitud la muerte de Romina.

Su marido no está colaborando, aunque admitió que despedazó el cadáver y lo esparció en el mar, después de tenerlo varios días en su casa.

Romina había denunciado a Raúl, su marido, dos días antes de su boda por maltrato. Además, acudió al hospital unos días antes de su desaparición con diversas lesiones, aunque eso no lo denunció.

Mientras, cientos de personas se han manifestado para pedir justicia en Arrecife, Lanzarote.