Cuando Miguel Cervero vio que las llamas de un voraz y veloz incendio devoraban su casa ubicada en la finca de dos edificios en el barrio de Campanar, en Valencia, pensó que eso "no le podía ocurrir" a él. Dice que fue una cosa totalmente surrealista ver cómo su casa y toda su vida ardían.

Aun así, el vecino del primer piso ha querido hacer hincapié en Más Vale Tarde en que a pesar de perder su casa, "gracias a Dios estamos todos bien". "Hay vecinos que han perdido la vida, eso no tiene arreglo, es irreparable", ha añadido.

En la tarde del jueves, al rato de llegar a casa de trabajar, la mujer de Cervero le avisó de que estaba oyendo ruidos, y al asomarse al balcón vieron que caían cosas. "Desde los cascotes del alocubón, la lana de roca encendida... Ahí vimos que estaban llegando los dos camiones de bomberos", relata.

Fue entonces cuando su mujer empezó a coger cosas de la casa. Él bajo con anterioridad y avisó al resto de vecinos de que el edificio estaba en llamas. También ayudó a las personas mayores a que bajaran las escaleras porque el ascensor "era imposible". "Volví a subir porque veía que no bajaba mi mujer, pero me la encontré bajando por las escaleras", ha contado.

Según cuenta, fueron entonces a la zona de seguridad y "vimos la desgracia de lo que estaba ocurriendo". Ahí se abrazaron y lloraron con el resto de vecinos. "Cuando ves por la televisión estas cosas lo ves de otra forma a cuando lo vives en persona", ha contado el vecino que se ha quedado sin casa. Aun así, ha lanzado un mensaje esperanzador y ha dicho que con el tiempo "seguiremos adelante". También ha querido agradecer la labor de la alcaldesa de la ciudad, de la Policía y de los bomberos. "Cuando una persona se juega la vida por otra, está todo dicho", ha añadido.