Médicos alemanes defienden la siesta y proponen que se haga una parada en la jornada laboral después de comer para descansar un rato en épocas de mucho calor. Carla Estivill, doctora del sueño, apoya esta recomendación y explica que existen numerosos estudios científicos que demuestran que una siesta corta de unos 20 minutos tiene grandes beneficios.

"Es una necesidad biológica", señala, pues, después de este tiempo en el que hacemos una reparación mental, se reduce la fatiga durante el día y la segunda parte de la jornada podemos afrontarla con las pilas cargadas.

La doctora apunta que se aconsejan las siestas cortas en las que realizamos un sueño superficial, frente a las largas, en las que caemos en sueño profundo y de ahí esa "sensación de espesor en la cabeza". Además, indica que mejora el rendimiento laboral: "Si sacan estadísticas, podrán ver estos aumentos de productividad".