Juan José Ballesta se lleva a Jordi Évole a una jornada de pesca, la única actividad que, afirma el actor, consigue darle tranquilidad y "paz". "Soy hiperactivo de grado alto con déficit de atención. Hiperactivo puro", explica. "Pero vamos, que yo no me lo noto, porque soy así de toda la vida. Siempre he sido un nervioso", relata.

De pequeño le querían medicar, pero su madre le apuntaba a actividades extraescolares deportivas y así conseguía "encontrar el equilibrio". "Fútbol, baloncesto, he hecho de todo (...) Yo llegaba del colegio y me subía por las paredes. Siempre he sido muy movido", reconoce ante su entrevistador, pero afirma que nunca ha tenido ningún problema por ello. En los rodajes, donde hay muchos ratos muertos entre toma y toma, se "lía a marear la perdiz".

A pesar de ello, le gusta la vida en el campo. "He estado quince años viviendo con Vero en el campo en Toledo", comenta Ballesta. "Una parcelita de 2.000 metros, 150 de casa", describe. "El campo te da mucho curro, porque te tiras todo el día limpiando el terreno y las casas y cuidando de los animales. Todo eso me viene muy bien para la hiperactividad, estar todo el día ocupado".