Pedro Sánchez ha vuelto a entrevistarse con Jordi Évole 7 años después de su visita a Salvados. Lo hace en una situación muy diferente a la de la última vez: en Lo de Évole, a un mes de las elecciones generales y tras haber pasado cuatro años al frente de la Moncloa.

El presidente llega a las elecciones generales con confianza en su victoria, pero con las encuestas frente a su convicción. Su objetivo, en este mes, es desdibujar el concepto de 'sanchismo' y 'desinflar' la burbuja, dice, que ha creado la "derecha económica, política y mediática" para tratar de deslegitimar su poder.

El líder socialista ha sido contundente. Cree que esa imagen se ha construido porque ha "evaluado mal la fuerza corrosiva de muchos de estos argumentos que se han ido propagando por estos medios de comunicación...". Discursos conservadores que, ha dicho, ocupan la mayoría del espacio en los medios y no representan a la mayoría social de nuestro país.

"Insisto, mi error ha sido que no he sido capaz de medir cuáles son las consecuencias de esta burbuja de sanchismo que se ha creado por parte de una serie de intereses", ha aseverado el mandatario.

Críticas a la oposición

Sánchez ha asegurado que en el PP han llevado a cabo tres estrategias para "inocular veneno" sobre su imagen: "Mentiras, manipulaciones y maldad". Una táctica política, ha dicho, que se puede calificar de "trumpista". "El trumpismo es la deshumanización del adversario político, que es lo que han hecho estos años con el 'sanchismo', es el cuestionamiento de los resultados electorales cuando no te gustan y es el incumplimiento de la legalidad", ha indicado el presidente, que ha asegurado que el 'sanchismo' es una "burbuja" inflada durante todos estos años basada en "las mentiras, las manipulaciones y la maldad".

"El sanchismo no es sino el no hablar de lo que hemos hecho", ha continuado el político, que ha asegurado que "hemos hablado del sanchismo para no hablar de que hemos subido el SMI, que hemos revalorizado las pensiones, de que hemos aprobado una reforma laboral que hace que dos de tres contratos sean fijos...".

En este sentido, ha querido acallar las críticas sobre su Gobierno por llegar a acuerdos con Bildu para sacar adelante normas parlamentarias. "Yo no he insultado a nadie, no he descalificado a nadie, he tratado de hacer un debate político, que es lo que demandan los ciudadanos, hablar de lo que hacemos, no de con quién lo hacemos" ,ha aseverado el presidente del Gobierno, que ha indicado que pactaría con cualquier partido político porque "lo importante es el qué, no es para quién". Incluso ha recordado cuando el diputado 'popular' Alberto Casero permitió la aprobación de la Reforma Laboralpor una equivocación.

Por este motivo, ha negado que haya pactado con Bildu y ha insistido en que simplemente han llegado a acuerdos parlamentarios: "Me separa una distancia abismal y eso hace que en Euskadi nos entendamos de una manera estratégica con el PNV y no con esta formación política. Cosa distinta es que nosotros, por leyes parlamentarias, pactemos con una formación política u otra", ha insistido tras afirmar que no se avergüenza de haber llegado a esos acuerdos para permitir la puesta en marcha de algunas medidas sociales y económicas.

No obstante, ha reconocido sus cambios de opinión durante la legislatura en algunos asuntos como, por ejemplo, que es "evidente" que ha cambiado su posición sobre la política que había que seguir en Cataluña, y ha explicado los motivos: "Lo he reconocido, y lo he hecho por una causa mejor que es la convivencia"."Mentir significa decir algo a sabiendas de que no es verdad con el propósito de engañar. Mentir es el 11 de marzo y ETA. Rectificar o reconocer errores como nosotros hemos reconocido es una cosa bien distinta".

Sánchez también ha hablado sobre su principal rivalen las elecciones del 23 de julio, Alberto Núñez Feijóo, a quien ha acusado de haber perdido el semblante moderado para unirse "a lo de Ayuso y Casado" con el sanchismo. "Eso no es un proyecto político, es manipular, mentir y verter maldades en contra de tu adversario político, en este caso en contra de mí, para no rebatir lo que ha hecho este Gobierno", ha destacado.

Yolanda Díaz y su Gobierno con Podemos

Pedro Sánchez se ha mostrado convencido de que ganará las elecciones del 23 de julio, si bien ha dibujado un escenario en el que no existen mayorías absolutas. "Creo que voy a ganar las elecciones, que vamos a tener una mayoría progresista", ha aseverado el líder 'socialista', que se ha mostrado convencido de que va ganar las elecciones en votos y en escaños. No obstante, asume que no será una mayoría absoluta: "Tendré que sumar con Yolanda. No hay una mayoría absoluta". Además, ha negado verse dejando la política tras el 23J.

También se ha pronunciado sobre la polémica de la ley del 'solo sí es sí' por la reducción de penas a delincuentes sexuales, un hecho que ha calificado como "el mayor error" del Gobierno de coalición.

En esta línea, se ha pronunciado sobre la ministra de Igualdad, Irene Montero, y ha asegurado que nunca tuvo su cese sobre la mesa."Pese a las discrepancias que yo haya podido tener con Irene Montero siempre he antepuesto la estabilidad en un momento tan crítico como el que ha vivido España en una pandemia y una guerra", ha aseverado Sánchez, que ha remarcado que su socio de Gobierno ha dicho "cosas muy gruesas del PSOE" y de él mismo, si bien ha decidido "anteponer esa estabilidad": "Creía que lo más importante era sacar adelante todo lo que hemos sacado adelante de leyes y de políticas de protección", ha añadido.