El zumo de naranja es el nuevo 'oro líquido'. Se consume a diario y, en ocasiones, su precio roza el de un producto de lujo. Es tal su rentabilidad que los supermercados obtienen con él grandes beneficios.

Si un kilo de naranjas cuesta un euro, el envase 50 céntimos, la máquina 25 céntimos por usuario, la mano de obra la pone el usuario y el coste del zumo es 1,75 euros, el beneficio supera el 70%.

Sin embargo, el éxito del zumo de naranja en los supermercados contrasta con la imagen en el campo, donde las naranjas se pudren, a pesar de que los agricultures trabajan sin descanso.

Juan Vicente Miravalls, capataz, dice que "esta temporada no ha sido buena por la caída del precio a raíz de la entrada indiscriminada de otros países". "Si nosotros necesitamos cinco naranjas y producimos cinco pero entran tres de fuera, ¿qué hacemos con las otras?", manifiesta.

El 30% de naranjas de esta campaña se va a quedar sin recoger. El agricultor Alejandro Aparicio dice que esto es sinónimo de que "la campaña no tiene consumo". "Está todo parado", lamenta e indica que el kilo se está comprando a ellos a 15 céntimos, mientras que fuera lo compran a siete céntimos.

Si no reciben recompensa con las naranjas, la solución pasa por "cortar los árboles para convertirlo en leña", cuenta Alejandro Aparicio. "Si no tomamos medidas y paramos un poco la importación de otros países, y a nuestras naranjas les damos un valor, vamos a acabar cortándolo", asegura. De esta forma, los agricultores alertan de que el futuro de la naranja española está en peligro.