Mientras la venta del zumo de naranja aporta grandes beneficios a supermercados, en el campo esta fruta se pudre. El motivo: cada vez se compran más naranjas de fuera porque la mano de obra es más barata.

Esto ha provocado que las naranjas españolas se tengan que vender fuera a pesar de su buena calidad. Entre los países que más demandan nuestras naranjas están Islandia, Irlanda o Francia.

Francisco Toledo es presidente de la Autoridad Portuaria de Castellón, desde donde parten la mayoría de los cítricos que se exportan a EEUU. Desde este puerto salen naranjas a otros países como China, pero también entran. Toledo asegura que "lo que viene está sometido a los controles más exigentes".

"Este año la rentabilidad es prácticamente nula. Están entrando naranjas de Egipto, de todos los sitios. Ellos tienen la mano de obra mucho más barata que la nuestra. Esto a nosotros nos ha reventado totalmente. Ahora mismo tenemos un problema muy grande y poco a poco desapareceremos", lamenta un agricultor.