Aprender del pasado

Lo que septiembre de 1975 nos sigue enseñando: por qué estudiar el franquismo sigue siendo urgente y necesario

¿Por qué es importante? Aunque la Comunidad de Madrid ha suspendido un curso sobre franquismo alegando que "politizaría" las clases, estudiar la historia no es politizar: recordar los fusilamientos, entender cómo la presión internacional puede frenar injusticias y reparar la memoria de las víctimas nos ayuda a no repetir los mismos errores.

Lo que septiembre de 1975 nos sigue enseñando: por qué estudiar el franquismo sigue siendo urgente y necesario

Hoy sabemos que la Comunidad de Madrid ha cancelado un curso para profesores sobre el franquismo y la memoria democrática en las aulas. Según los docentes, les dijeron que la razón era que "politizaría las clases".

Desde la Consejería de Educación, en cambio, aseguran que el curso no estaba validado y que la suspensión es temporal, mientras revisan que cumpla con el plan de formación. Los profesores, sin embargo, no lo tienen claro: el temario y las inscripciones estaban abiertos, y todo coincide con un cambio en la dirección general de calidad de la enseñanza.

Más allá de estas disputas, la noticia nos recuerda algo evidente: estudiar lo que pasó no es politizar, es aprender historia. Y septiembre de 1975 nos deja tres lecciones que siguen vigentes hoy.

Hay que estudiar el franquismo

Hace justo 50 años, España fusilaba y torturaba a ciudadanos de manera arbitraria. Antes de ejecutar a 11 personas, el régimen dio a sus abogados solo cuatro horas para preparar la defensa. Se les acusaba de atacar a la policía y a la Guardia Civil, pero sus testimonios habían sido arrancados tras días de palizas y amenazas. Se indultó a seis, pero cinco fueron fusilados.

Si no estudiamos esto, los alumnos podrían ignorar que hace nada su país vivió bajo un régimen que mataba sin juicio justo. Libros como 'El verano de los inocentes', de Roger Mateos, reconstruyen estas historias con rigor periodístico y ayudan a entender lo que ocurrió.

La presión internacional sirve

Cuando Franco decidió seguir adelante con los fusilamientos, ni su familia, ni la iglesia, ni siquiera el papa Pablo VI pudieron detenerlo.

Pero la reacción mundial fue brutal: manifestaciones en Lisboa, París, Ámsterdam, México… Medio mundo amenazó con aislar España. La historia demuestra que la presión externa puede frenar o castigar injusticias, incluso frente a regímenes autoritarios.

Reparar la memoria

Medio siglo después, la herida sigue abierta para las familias de las víctimas. Pero no todo está perdido. Victoria, hermana de José Luis Sánchez Bravo, ejecutado la madrugada del 28 de septiembre de 1975, cuenta que recientemente recibió del Ministerio de Memoria Democrática la anulación de la sentencia contra su hermano. Aunque tarde, la justicia llega y la memoria se reconstruye.

Estas lecciones son claras: estudiar el franquismo, aprender de la presión internacional y reparar la memoria de las víctimas. Lo que pasó en septiembre de 1975 no es solo historia, es una advertencia sobre la importancia de recordar y enseñar, sin filtros ni silencios.

Mañana, laSexta Columna profundizará en estos hechos y en cómo la memoria histórica sigue siendo clave para entender nuestra democracia.