Hace 45 años
Una llamada de madrugada, un chip de 46 centavos y 220 misiles fantasmas: la historia de cómo casi se inicia la Tercera Guerra Mundial
El contexto En plena Guerra Fría, cuando el miedo a una guerra nuclear era parte del día a día, un fallo técnico en los sistemas de defensa de EEUU hizo creer que la URSS había iniciado un ataque. Todo fue causado por un chip defectuoso.

El 3 de junio de 1980, durante la fría tensión de la Guerra Fría, el mundo estuvo a punto de vivir una tragedia sin precedentes. En plena madrugada, los sistemas de defensa estadounidenses detectaron un supuesto ataque masivo de misiles nucleares desde la Unión Soviética, que habría significado el inicio de la Tercera Guerra Mundial.
A las 3 de la mañana, Zbigniew Brzezinski, asesor de Seguridad Nacional del presidente Jimmy Carter, fue despertado abruptamente por una llamada del Pentágono. Le informaron que se habían lanzado 220 misiles nucleares soviéticos hacia Estados Unidos, un ataque devastador e inminente. Sin embargo, la información era contradictoria: otros sistemas indicaban solo 22 misiles, y algunos ni siquiera mostraban amenaza alguna.
Ante esta terrible noticia, Brzezinski decidió no despertar a su esposa, convencido de que no habría manera de evitar la destrucción. En ese momento comenzó a pensar cómo explicarle al presidente Carter que la guerra nuclear había comenzado. Pero algo en su memoria lo detuvo: siete meses antes,un error similar en los ordenadores había provocado una falsa alarma que llevó a que varios aviones de combate despegaran por precaución. Ese error se había producido porque un programa de entrenamiento se activó por accidente en los sistemas.
Mientras Brzezinski meditaba, el teléfono volvió a sonar. Esta vez, la noticia era diferente: todo había sido un error técnico causado por un chip defectuoso que costaba menos de 50 centavos de dólar. Ese pequeño componente electrónico había alterado la información que mostraban los ordenadores. En lugar de aparecer '000' misiles, el chip reemplazó los ceros por doses, mostrando '220', cuando en realidad no había ninguno. En algunos monitores, incluso eliminó el cero final, por lo que se mostraba '22'.
Esta falla, causada por un componente tan simple y barato, casi provocó un conflicto nuclear a escala global. Durante esos minutos, el destino del mundo dependió de la prudencia de un hombre y de la fragilidad de una máquina.