El mapa del arte desaparecido
La lista negra del arte robado: cómo millonarios esconden piezas desaparecidas durante décadas
El contexto El busto robado de Jim Morrison, perdido desde 1988, ha aparecido tras 37 años en la casa de un millonario parisino. Su hallazgo revive el incómodo fenómeno del arte desaparecido que acaba, sin saberlo —o no tanto—, en manos privadas.

Llevaban 37 años buscándolo. La escultura de bronce que coronó durante años la tumba de Jim Morrison en el cementerio de Père Lachaise de París ha reaparecido por casualidad... en el salón de un millonario parisino. La pieza, robada en 1988, ha sido localizada por sorpresa durante una redada policial por un caso de fraude fiscal. Está deteriorada, con grafitis añadidos y la nariz dañada, pero no hay duda: es el busto original que se colocó en la lápida del cantante de 'The Doors' en el décimo aniversario de su muerte. Por ahora, se desconoce si volverá a su lugar de origen.
El hallazgo del busto de Morrison engrosa la ya extensa lista de obras de arte desaparecidas que terminan años —o décadas— después en casas de empresarios, aristócratas, políticos o directores de cine que, en la mayoría de los casos, aseguran desconocer que las piezas eran robadas.
Como ocurrió con Steven Spielberg. El director tenía en su poder 'Aula rusa', un cuadro de Norman Rockwell robado del Museo de Arte de Chicago en 1973. Lo había comprado 18 años antes de que su asistente lo reconociera en una lista del FBI y avisara. El FBI se lo llevó discretamente en 2007 y ahí terminó la historia.
En España, el ex alto cargo del PNV Jon Buesa devolvió una escultura romana —un busto de Baco robado de un yacimiento alavés en los años 70— después de que el diario 'El Correo' revelara su desaparición. Buesa aseguró entonces que la escultura que tenía era una réplica, pero no lo era.
No todos los casos acaban en devolución pacífica. El empresario chileno Raúl Schuler fue condenado a cuatro años de cárcel tras encontrarse en sus prioridades 49 esculturas robadas, entre ellas 'La República', desaparecida de la Plaza Rubén Darío de Valparaíso (Chile)15 años antes.
Y a veces, los hallazgos se producen por pura casualidad. Como cuando un reportaje sobre la visita de Michelle Obama a Málaga permitió identificar un busto robado del emperador Antonino Pío en el hotel donde se alojó la ex primera dama. Había sido vendido por una empresa de Sevilla. La Junta de Andalucía lo adquirió y hoy está expuesto en el Museo de Málaga.
La aparición del busto de Morrison devuelve a la actualidad un fenómeno incómodo: el arte robado que descansa, a menudo sin saberlo, en casas particulares. Tal vez convenga revisar el salón de casa... por si hubiera más reliquias que no deberían estar ahí.