En muchas ocasiones, que se produzca una reunión depende de lo influyente que sea la persona con la que te reúnes. Es lo que le sucede a Bin Salmán, el heredero del principal país exportador de petróleo de todo el mundo con casi el 20% de reservas mundiales.
El mandatario saudí se ha visto este martes con Pedro Sánchez. Pero antes ya lo hizo con el francés Macron y con el alemán Olaf Scholz, además de con el británico Rishi Sunak. Incluso con el presidente de Estados Unidos Joe Biden se chocaron los puños después de que la CIA le acusara de asesinar a Khashoggi. Entre los expresidentes españoles, Mariano Rajoy ya se vio con él en 2018, en el primer viaje de Bin Salmán a nuestro país.
A pesar de que estas reuniones son muchas veces polémicas, detrás suele haber un objetivo que está por encima del encuentro. En ciertas ocasiones por mejorar las relaciones entre países, como ocurrió con el encuentro entre Sánchez y el cubano Díaz-Canel. Fue la primera visita oficial de una presidente español a Cuba en 32 años.
En otras ocasiones el motivo es humanitario. Por ejemplo, hace unos meses, Sánchez y el líder egipcio Al Sisi, se reunieron para hablar sobre cómo hacer llegar ayuda humanitaria a Gaza. Anteriormente, Rajoy recibió a Al Sisi en La Moncloa en su primera visita para hablar sobre migración y terrorismo yihadista.
En nuestro país, otras reuniones que buscaban mantener la relación política y económica fueron las que hubo entre España y Libia. José Luis Zapatero recibió a Gadafi en su primera visita a nuestro país tras tomar el poder e incluso consiguió abrir Libia a las inversiones españolas. Una relación que comenzó varios años antes con José María Aznar, al que Gadafi le regaló un caballo, de nombre el Rayo del Líder. Por su parte, Obama, también se reunió con Gadafi, a pesar de que pensara que suponía un liderazgo doloroso para Libia.
En este tipo de reuniones, los intereses hay que negociarlos con regímenes de dudosa ejemplaridad. Le sucedió a Zapatero, que recibió a un dictador africano acusado de violar derechos humanos, al entonces líder de Etiopía, Meles Zenawi. También ha ocurrido cuando se ha tenido que reunir en varias ocasiones con el líder sirio Bashar al-Assad con la finalidad de tratar el conflicto en Oriente Medio.
A Rajoy también le pasó cuando se reunió en 2014 con el dictador de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang. Fue la primera vez que un presidente español visitaba el país en 23 años. En su momento La Moncloa ocultó en la agenda del presidente este encuentro. Incluso Rajoy canceló una cena con él unos meses antes. Este tipo de encuentros se suelen cancelar por la polémica que generan.
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