Isabel Díaz Ayuso ha vuelto a demostrar su dominio en el arte de la comunicación política, empleando un estilo característico que recuerda a las tácticas de grandes maestros de la confrontación, como José Mourinho. En su entrevista con Federico Jiménez Losantos este miércoles, Ayuso ha mostrado su estilo a la hora de hacer declaraciones, un estilo que unos califican de llano desparpajo y otros de una brusquedad innecesaria.
Ese estilo pasa por simplificar los discursos, todo se reduce sin matices, como la ideología. La presidenta de la Comunidad de Madrid ha vuelto a ideas como que defiende "la libertad" o que lo que defienden otros son "chorradas con las que están transformando al país o debates estériles que nadie ha pedido".
Ayuso siempre es la buena, es la que defiende que es leal a su líder nacional, la que asegura que se malinterpreta cualquier cuestionamiento a Alberto Núñez Feijóo y ha asegurado que es víctima "de una presión mediática que tiene encima". Además, ha destacado que los malos son los de enfrente, los de siempre: la izquierda. Por ejemplo, en la entrevista ha atacado a Pedro Sánchez, a José Luis Rodríguez Zapatero y a Francisco Martín, el delegado del Gobierno en Madrid.
Una característica de su estilo es no mencionar a su oposición local, ya que no le interesa. Durante la entrevista, ha evitado hablar de la gestión ordinaria de la Comunidad de Madrid y ha preferido enmarcar sus declaraciones en un debate sobre la "ruptura de España", utilizando la financiación autonómica como ejemplo de lo que considera una amenaza a la unidad del país.
Además, Ayuso ha dedicado parte de la conversación a desmentir bulos, en especial el que vincula a los menas (menores extranjeros no acompañados) con la delincuencia. Aunque ha reconocido que los menores no acompañados no deben asociarse automáticamente con criminalidad, su razonamiento quedó desprovisto de propuestas concretas para abordar la situación.
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