La emergencia climática y la escasez de agua tiene consecuencias en nuestro bolsillo, nuestra salud y nuestra vida. También en los alimentos. Ningún cultivo se libra prácticamente de los efectos de la sequía, pero los hay que la están sufriendo especialmente. Sin duda, los más afectados son los cereales de secano como el trigo, la cebada y la avena. Las pérdidas ya son irreversibles en más de tres millones de hectáreas.

Se dan prácticamente por perdidas las cosechas en Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, la Región de Murcia y en las zonas más áridas de Aragón, Cataluña y Castilla y León. Pero es que si la lluvia no termina de llegar, peligran gravemente también las de la mitad norte de España. El incremento en los precios de los cereales se calcula en hasta un 3%.

Incluso los cultivos leñosos, como el olivar, que suelen resistir mejor a la sequía, se están viendo afectados por la falta de lluvia y las restricciones al riego. Estamos en una época crítica para la oliva, la floración, que ya sufre las consecuencias de las altas temperaturas de las últimas semanas. Si no llueve en 15 días, dicen los expertos, la cosecha de noviembre será nefasta.

También hay serios problemas en la patata, justo cuando empieza la recolección en las principales provincias productoras como Sevilla o Cádiz. Las previsiones apuntan a un 25% o un 35% menos de producción. Menos superficie sembrada y menos kilos por hectárea porque los agricultores no se arriesgan a asumir las pérdidas. Y tendrá sus consecuencias en el calibre y el aspecto del producto, a pesar de ser más caro.

El cuarto afectado es el ajo, cuya recolección por ejemplo en Córdoba es la primera que sale al mercado y la segunda mayor de España. Solo en esa provincia se espera que la sequía merme la producción hasta un 20%. Hasta un 40% menos de espárragos verdes han salido de esta campaña en la principal productora, Granada. 55 millones de euros en pérdidas por la falta de agua y muchas explotaciones cuyo futuro ahora mismo está en riesgo.

Pero no solo plantas, alimentos como la miel también sufren la falta de agua. Éste producto ya genera graves pérdidas al inicio de la campaña. Falta de vegetación por la sequía, de floración que impide a las abejas alimentarse y producir esa sustancia. La coordinadora del sector habla directamente de cero miel en verano y por tanto una campaña catastrófica. Incluso antes de que dé comienzo, se prevé una reducción de producción alrededor del 80% y hasta del 100% en algunos puntos de Andalucía.

Pero no son los únicos alimentos que van a sufrir las consecuencias de la falta de lluvia porque, según COAG, la sequía ya "asfixia" al 60% del campo español. Los frutos secos, el tomate, la sandía, el melón o el brócoli no tardarán en repercutir en sus precios la escasez de agua en sus cosechas. De hecho, ya podemos hacernos una idea porque, según las previsiones, la sequía encarecerá los precios de las verduras hasta un 5% y un 8% el de las frutas.