Las autoridades regionales son las que están abasteciendo a los soldados rusos, no el Ejército. Así se desprende de un vídeo que se ha viralizado en los últimos días en el que se puede ver este reparto, y es que el Ejército no tiene capacidad para armar a sus hombres con todo lo necesario.

Cuando los soldados se dirigen a los centros de reclutamiento se encuentran una lista de 29 bienes necesarios para una salida militar al exterior, como chalecos antibalas o casos. Objetos que no proporciona el Ejército, que considera que los reclutas deberían llevarlo por su cuenta.

Por este motivo, si el Gobernador de la región no se lo da, se lo tienen que comprar ellos. No obstante, hay quienes no se lo pueden permitir. Ahora, la prensa rusa ha detectado que los bancos que ofrecen créditos fáciles que se pueden conseguir por llamada se están dirigiendo a estos reservistas, que no tendrán que pagar mientras estén en la guerra, pero que sí tendrán que pagar a la vuelta con intereses muy altos.

Ante esta situación, algunos soldados rusos han planteado al Gobierno a través de su canal de transparencia si se compensarán los gastos por la compra de uniformes y medicinas. Sin embargo, el Kremlin ha respondido que se les ha proporcionado lo necesario y que elementos adicionales, como uniformes o medicinas es de su iniciativa personal y no se prevé ningún tipo de compensación.

Por este motivo, en caso de no poder acceder a créditos, lo único que les queda a los reclutas rusos es la caridad. Hay grupos que se han creado por telegram o por redes rusas que piden ayudas para comprar material con el que poder dar soporte a esos soldados que no tienen quien les compre ese material. Inciden mucho en medicamentos, que van desde vendajes hasta jarabes para la tos.

Incluso, hay famosos que se han prestado a ello. La última celebridad en hacerlo ha sido una presentadora rusa que ha comprado material para los soldados y así lo ha mostrado a sus 19 millones de seguidores en Instagram. Sin embargo, no es suficiente: la demanda en las tiendas se ha disparado. El principal centro de almacenes de Rusia ha constatado que la demanda de pasamontañas ha aumentado, por ejemplo, un 370%.

Con esta amplia demanda y ante la falta de oferta, el mercado se ha disparado. Un chaleco antibalas, el más barato del mercado ruso, en enero costaba 87.000 rublos, ahora cuesta 126.000. En el equivalente a euros, ha pasado de unos 1.200 euros a cerca de 2.000.