La ultraderecha independentista no va a gobernar el ayuntamiento de Ripoll, en Girona. Se trata de un partido xenófobo y racista que pide también la secesión de Cataluña. Se llama 'Aliança Catalana' y podía haberse hecho con el ayuntamiento de esa localidad de 10.000 habitantes si los independentistas de Junts lo hubieran permitido. La presidenta de Junts, Laura Borrás, defendía que estos ultras catalanistas llegaran al poder. Pero la dirección de su propio partido la ha desautorizado: nada de extrema derecha en los ayuntamientos. De ninguna extrema derecha.

La líder de este nuevo partido, Sílvia Orriols, no estaría de acuerdo con esa afirmación. Ella dice que: "no son el Vox catalán" sino que ella es "la catalana que parará a Vox”. Pero los lemas de la lideresa de Aliança Catalana se asemejan a los postulados de Vox. Asegura que en Cataluña no cabe todo el mundo y que hay que expulsar a Francia y España de Cataluña. Además afirma que los salarios no crecen por la inmigración ilegal, el catalán debe ser la única lengua oficial de Cataluña y que hay que aspirar a un "modelo de sociedad y familia catalana". La mejor definición de quiénes son la dieron ellos mismos. Sí, son catalanes. Y sí, son islamófobos, pero no les importa con tal de defender "nuestros derechos".

Aliança Catalana nació hace tres años en Ripoll, según ellos, cuna de una nación que se extingue. Su mayor cuota de barbaridades está en Twitter. Allí Orriols, su líder se despacha a gusto. "Nunca digo 'puta España', porque España no consta ni existe. Ni en la historia de las naciones ni en el catálogo de burdeles". Tras unas detenciones de atracadores dijo "España nos roba y Marruecos nos mata"; y por último: "¿A Marruecos se le escapan los violadores y todos acaban en Cataluña? ¿O cómo va esto?", dice.

Cuando nació el primer bebé catalán del año, Zakaria, su comentario también fue racista. Nació el 1 de enero en Palamos (Girona) y pesó tres kilos y 180 gramos. Una alegría para sus padres Meryem y Mohamed. Pero para Silvia Orriols era el ejemplo de que en Cataluña ya no nacen catalanes.

Su cuenta se ha convertido en la fiesta de la intolerancia. Defiende que "que si los inmigrantes no pueden venir a Europa por espacio", que "el enemigo es España" o que "la inmigración va a absorbernos". Cuando Orriols juró por primera vez un cargo lo hizo sobre la Constitución, pero la de hace tres siglos, la que regia el 11 de septiembre de 1714, cuando Felipe V sitió Barcelona. Lo hizo así porque según ella estas leyes son hoy, 309 años después, "totalmente legales, vigentes e inderogables".

Su campaña electoral también ha estado marcada de detalles significativos. En su anuncio venden una Cataluña que se extingue porque está llena de inmigrantes, de menas, porque el Islam se ha impuesto en las aulas y el árabe, en las calles. Para solucionarlo todo: ellos.