Este martes Iñaki Urdangarin, quien tras casi seis años de reclusión, recupera su libertad. Condenado por su participación en el caso Nóos, el exduque de Palma ha saldado su deuda con la justicia española, cumpliendo una pena de 5 años y 10 meses. Su paso por diferentes centros penitenciarios, desde la cárcel de mujeres de Brieva en Ávila hasta el Centro de Inserción Social de Alcalá de Henares, ha sido parte de un proceso de reinserción tras ser trasladado por delitos económicos.

Aunque Urdangarin ya gozaba del tercer grado y libertad condicional desde marzo de 2022, este martes marca el fin oficial de su tiempo tras las rejas. Sin embargo, este nuevo capítulo no llega sin implicaciones, ya que deberá mantener sus antecedentes penales por los próximos cinco años.

El caso de Urdangarin pone de manifiesto el complejo sistema de grados penitenciarios en España, no se perdona ni un día de condena, pero ¿dónde se cumple realmente la pena? Desde dormir en prisión hasta estar en casa con una pulsera telemática, todo depende del delito, el tiempo en prisión y el comportamiento del preso.

La mayoría de los presos se encuentran en el segundo grado, todos salvo los peligrosos, con delitos realmente violentos, o con un comportamiento agresivo, estos tienen la posibilidad de acceder a permisos de fin de semana después de un tiempo.

Al avanzar en los grados, aumenta la libertad del preso (tercer grado), donde puedes vivir casi en libertad si has cumplido un tercio de la condena, puedes llegar hasta solamente dormir en prisión, incluso en circunstancias especiales puedes llegar a dormir en tu casa con una pulsera telemática que si te mueves o te sales del área pita y te devuelven a prisión. En el cuarto grado puedes llegar incluso a la libertad condicional, donde no hace falta dormir en prisión ni llevar pulsera, solo se requiere firmar periódicamente en el juzgado, siempre y cuando tengas cumplidos tres cuartos como mínimo.

Sin embargo, cada caso es único, y la concesión de grados puede variar según las circunstancias y la valoración de los jueces o juntas correspondientes.