Ciudades para vivir, no para resistir

Alicante y Barcelona dan ejemplo: así se construyen ciudades para todas las edades

¿Qué están diciendo?
La OCDE lanza una advertencia clara: sin vivienda asequible y políticas adaptadas a cada edad, las ciudades dejarán de ser habitables. Pide actuar ya para frenar un mercado que excluye a jóvenes, mayores y familias.

Alicante y Barcelona dan ejemplo: así se construyen ciudades para todas las edades

El precio de la vivienda se ha convertido en la mayor preocupación para los españoles. Y no es para menos. En 2024, uno de cada cinco inmuebles vendidos en España fue adquirido por un comprador extranjero. Más del 40% de estas operaciones fueron realizadas por no residentes, que pagaron una media de 3.000 euros por metro cuadrado.

La presión se concentra especialmente en la Comunidad Valenciana, donde tres de cada diez viviendas se venden ya a ciudadanos de otros países.

Los venezolanos son quienes más pagan —hasta 5.500 euros por metro cuadrado—, mientras que los británicos son los que más propiedades acumulan, sobre todo en el sur de la península. En Baleares y Canarias dominan los alemanes, y en Madrid, los inversores chinos representan casi el 20% de las compras. Estadounidenses y franceses prefieren el norte.

La tendencia no es nueva, pero la OCDE ha puesto ahora cifras y advertencias. En su último informe señala que lo que debería ser la norma —que las ciudades sean accesibles y habitables— se ha convertido en un reto global. Pide a los gobiernos que actúen con políticas de vivienda adaptadas a cada franja de edad y que frenen un mercado que, por su dinámica actual, "expulsa a los vecinos".

El informe apunta que en las últimas tres décadas el precio de la vivienda ha subido un 77% en los países de la OCDE, mientras que el PIB apenas creció un 29%. Resultado: los precios son cada vez más inalcanzables. Y los jóvenes son los principales damnificados. Más de la mitad de los menores de 30 años vive aún con sus padres. En España, la cifra alcanza un alarmante 75%.

Pero no solo los jóvenes. La OCDE advierte también sobre el envejecimiento urbano. Las ciudades deben prepararse para acoger a una población cada vez mayor. Y eso exige planificación: viviendas asequibles, servicios, espacios públicos y proyectos intergeneracionales, como el que se ha puesto en marcha en Alicante, donde jóvenes y mayores conviven en vivienda municipal a cambio de compañía mutua.

Barcelona también aparece como ejemplo a seguir, con sus 'superilles', las supermanzanas que peatonalizan calles y crean espacios de encuentro: este tipo de entornos benefician especialmente a los niños y a los mayores, los más vulnerables al aislamiento social.

La advertencia final es clara: las ciudades que no tomen medidas hoy pagarán un alto precio económico y social mañana. Vivir en la ciudad no puede seguir siendo un lujo. Debe ser un derecho.