Celebramos con reverencia los 200 años del primer Consejo de Ministros en España, un hito que marcó el inicio de una forma más estructurada de Gobierno. En un acto de decisión sin precedentes, el monarca Fernando VII instauró este órgano crucial, poniendo fin a una era en la que los ministros actuaban de manera individual. Este cambio histórico, además de consolidar un poder ejecutivo cohesionado, sentó las bases para el desarrollo de la política en la nación.

El primer Consejo de Ministros, compuesto por cinco ministros de Estado, Gracia y Justicia, Guerra, Marina y Hacienda, trazó un camino que reverbera en la actualidad. Imaginemos a aquellos pioneros del Gobierno, cuyos roles han evolucionado con el tiempo, equivaliendo a nuestros actuales ministros de Exteriores, Justicia, Defensa y Hacienda. Una estructura que ha perdurado, adaptándose a las complejidades de la sociedad contemporánea con José Manuel Albares, Félix Bolaños, Margarita Robles y María Jesús Montero al frente de estos ministerios.

El protocolo ministerial también ha heredado la tradición del pasado. Cuando observamos al Gobierno en el Congreso, vemos reflejado el orden de creación de ministerios, una jerarquía que se mantiene desde los albores de la instauración del Consejo de Ministros. Además, recordemos que en sus primeros años, este órgano no contaba con un presidente del Gobierno independiente; un rol que solo adquirió con el tiempo, siendo Espartero el primero en ejercerlo de manera exclusiva.

En estos dos siglos, el Consejo de Ministros ha abordado una amplia gama de asuntos, desde la resolución de problemas con corsarios hasta enfrentarse a las vicisitudes de dictaduras como las de Primo de Rivera y Franco. Sin embargo, hoy celebramos no solo la historia del Consejo de Ministros, sino también su capacidad de adaptación y resistencia a lo largo del tiempo, demostrando que la esencia de la política española sigue viva y evolucionando.