Javier Perals fue obispo de la Iglesia del Palmar de Troya. Compartía espacio y fiestas con el autoproclamado 'papa' de esta orden religiosa: Clemente. En 2016, relató a Equipo de Investigación que cada fiesta era un desfase: "Beber, beber, borrachera y vómitos", indicó.

"Era un escándalo", continuó relatando mientras reconocía que tuvo que sostener a Clemente tras una borrachera en varias ocasiones. Además, afirmó que "en algunas ocasiones" era agresivo y que las noches siempre terminaban de la misma manera: "Sabíamos que había un venezolano que se le mandaba llamar para que viniera por las noches después de estas fiestas. Imagino que para satisfacer sus instintos".