En sus libros, el fundador de la Iglesia de la Cienciología, Ronald Hubbard, deja escrita una larga lista de cursos que debe seguir todo cienciólogo para ascender por lo que llaman "el puente hacia la libertad total". El objetivo de estos cursos, según ha explicado Gabriel Carrión, autor de 'Cienciología, la batalla más larga', es "alcanzar un grado óptimo, que es el que te permite el estado de 'clear'".
Una exciencióloga habla por primera vez y cuenta a Equipo de Investigación cómo funcionaban esos cursos, en los que participaron ella y su hermana: "Uno de los cursos era TRs y objetivos, consiste en estar horas sentado en una silla mirando al de enfrente. Hay gente que no lo aguanta".
¿Cuánto le puede costar a un cienciólogo llegar al nivel de 'clear'? "A lo mejor 50.000", reconoce la exciencióloga, que pone también cifra a la completación del famoso puente "hacia la libertad total" de la Cienciología: "360.000 euros".
Este curso solo se supera, según añade, "cuando se supone que eres capaz de estar horas y horas sentado así y sintiéndote bien", lo cual puede durar hasta "meses". "A cada curso que terminas te van proponiendo otros nuevos", continúa detallando la exciencióloga, que añade que "a partir del estado de 'clear' todos los cursos son secretos".
Ella explica el efecto que esto provocó: "A mi hermana le decían 'si cuentas esto a tu familia les puedes matar porque no están preparados'". La exciencióloga afirma que lleva diez años sin saber nada de su hermana, que continúa en la Cienciología: "Se hizo 'clear' y a partir de ahí ya es imposible hablar con ella. Cambia radicalmente, se aparta de sus amigos, su familia. Empieza solo a tener amigos de la Cienciología".
Por esta razón, dice, decide abandonar finalmente la Cienciología: "Cuando veo a mi hermana cómo ha cambiado, cuando ya no entendemos lo que dice, cuando vemos que empieza a gastarse muchísimo dinero, intento convencerla y además me convierto en su enemiga también".
Ahora, esta mujer teme que la Cienciología descubra su identidad: "Intentarían mi muerte social. Son muy peligrosos. Lo que yo he llorado por culpa de esta gente, de la impotencia... Arruinaron mi vida completamente".
"Es muy pequeñito..."
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Con 700 kilómetros cuadrados de viviendas en los que viven siete millones de personas, en Hong Kong se ha acuñado el término de 'nanopisos' para los que apenas superan los diez metros cuadrados. "Tengo lo mínimo para sobrevivir", cuenta.