"Te voy a dar un tiempo para que lo pienses detenidamente y me llames para llegar a un acuerdo. No me gustaría denunciar los hechos que tú y yo sabemos que ocurrieron durante los 20 años que estuve trabajando en el cementerio". Son las amenazas del trabajador jubilado de una funeraria a su antiguo jefe, a quien chantajeó con revelar un gran secreto si no le daba un empleo a su hijo.

El destinatario de las amenazas era uno de los empresarios más importantes del sector, que recibió hasta tres cartas con amenazas como estas: "Sé que sigues robando las cajas de la mayoría de las incineraciones... No quisiera tener que enseñar las fotos, los carretes y memorias". "Esta es la última vez que te aviso... Tengo ahora reveladas unas 50 fotos y quedan carretes por revelar. Cuando quieras nos vemos...", rezaban esas misivas.

El extrabajador amenazaba con hacer públicas unas comprometedoras fotografías. El empresario denunció las amenazas y la Policía registró la casa del trabajador jubilado: lo que hallaron allí los agentes destaparía toda una estafaen la que la empresa, en lugar de quemar los féretros, los cambiaba antes de la incineración para volver a venderlos.