El Gran Wyoming afirma que los humanos somos "perfectamente capaces de transformar cualquier tecnología en una amenaza y en un verdadero generador de desastres" y pone como ejemplo a Whatsapp, una aplicación inventada para fomentar la comunicación y la información, pero que, sin control y en las manos equivocadas se convierte en "un arma de difusión de contenido violento, mensajes reaccionarios e incluso difusión de pornografía infantil y de difusión de pornografía a la infancia", dice.

Así ha ocurrido en San Sebastián, donde se investiga un chat en el que participaban más de mil niños, la mayoría menores de 12 años, y en el que compartían este tipo de contenidos. "A la edad en la que yo jugaba a parchís, ahora muchos niños juegan a ser los malos de una película de Tarantino", destaca, y se pregunta de quién es la culpa.

"¿De ellos, de los padres y profesores por no educarles en valores, de las empresas tecnológicas por hacer la vista gorda ante el contenido que se mueve en sus redes, de las autoridades por no ser capaces de regular este tipo de empresas?", plantea, y señala que, probablemente sea de todos. "No hay una respuesta fácil, lo único que tengo claro es que no hace falta una máquina para destruirnos, con nuestra propia estupidez natural nos basta", sostiene.