Servicios tan básicos como acudir al dentista, de los que nadie puede prescindir, son en muchas ocasiones inaccesibles por culpa de los privativos precios de los tratamientos y operaciones odontológicos. Así lo ponía de manifiesto en octubre de 2022 Thais Villas con su sección 'Barrio rico, barrio obrero' cuando salía a las calles para comprobar si la brecha de clase se dejaba notar también en la salud bucodental.

La reportera de El Intermedio entrevistaba a diversas personas, algunas de barrios ricos y otras de barrios obreros, para hacer una comparación entre las diferentes zonas. Mientras que los vecinos de los distritos con poder adquisitivo medio más bajo tenían que ahorrar para poder ir al dentista (hay quien incluso llevaba 7 años sin pisar una consulta a pesar de necesitarlo), aquellos con mayor poder económico no dudaban en descolgar el teléfono cada vez que lo necesitaban y acudir a todas las revisiones o tratamientos de estética, como blanqueamientos,sin falta, mínimo, dos veces al año.

Una de las señoras entrevistadas aseguraba que llevaba invertidos en su boca más de 80.000 euros. "¿Me enseña la piñata?", le preguntaba con curiosidad Thais Villas, aunque no tuvo éxito con su petición. Otra mujer aseguraba tener un "defecto familiar" al reconocer que no sabía cuánto dinero había gastado en el dentista. "No estamos pendientes de las cuentas", confesaba.

En el barrio obrero, la situación es muy diferente y las cuentas están más que hechas y rehechas. "O comemos o nos ponemos los piños", respondía una mujer.

(*) Desde laSexta.com estamos recuperando los mejores momentos de la hemeroteca de El Intermedio.