La brecha de clases no solo se observa en las diferencias que mantiene cada bloque en relación a su poder adquisitivo; también, en la facilidad para el acceso a servicios tan básicos como acudir al dentista. Así lo pudo comprobar en un capítulo pasado de El Intermedio la reportera Thais Villas, que se desplazó a un barrio rico y a otro obrero para hablar con los vecinos de estas zonas y conocer las preocupaciones y dificultades que presentan en relación a esta cuestión. El resultado, aun esperable, no deja de ser sorprendente.

En el barrio obrero, los vecinos reconocieron a Villas que en muchas ocasiones ni se plantean acudir al dentista, dado el desembolso que supone frente a una economía familiar cada vez más ahogada por la inflación y la precariedad inherente. Quienes sí van, lo hacen pocas veces y advierten: tienen que ahorrar para poder ir. Todo lo contrario sucede en el barrio rico visitado por la periodista, donde se llegan a confesar cantidades de hasta 80.000 euros invertidos en el saneamiento de la boca: "Tenemos un defecto familiar, no estamos pendientes de las cuentas".