Boris Izaguirre y Anabel Alonso se encuentran en Mijas, ya que tanto el puebl como la Sierra de Mijas y alrededores son un sitio, un enclave durante y después de la Guerra Civil. Incluso, llegaron a tener su propio nombre. "Los que se escondían dentro del pueblo eran los topos y los que se escondían en la sierra se llamaban maquis", explica Anabel Alonso. Para conocer más detalles de la época, ambos se citan con la nieta de uno de esos topos, María de la Peña.

El abuelo de María de la Peña fue el último alcalde republicano. "A él le pilló en Madrid el alzamiento cuando entraron las tropas de Franco en Málaga", explica de la Peña, que destaca que cuando su abuelo volvió a Málaga se encontró lo que había pasado e "intentó de salir por la sierra" con su abuela y con su hija, la madre de María. Sin embargo, la pequeña solo tenía dos años y fue imposible, por lo que decidieron que solo siguiera él.

"Él siguió hasta Valencia, donde estuvo el tiempo que duró la guerra y cuando terminó tuvo la idea, que eso fue lo que le salvó, de llegar antes a la casa de un primo que vivía en Málaga", cuenta María de la Peña, que detalla que él quería entregarse porque no había cometido ningún delito, pero le advirtieron que sus compañeros habían sido fusilados. Y es que hasta niños con 17 años fueron fusilados.

Todo ello originó que el abuelo de María buscara un escondite, uno que como estaba muy a la vista, "nadie se pensaba que podía estar allí": "Era una posada y una barbería en la que había aquí una habitación con un dormitorio. Esa habitación estaba todo el día abierta, pero a él le hicieron un agujero en la pared y, en un huequecito muy pequeñito, y esa era su verdadera habitación". Allí estuvo cuatro años escondido a la vista de todos hasta que cambió a un segundo "zulo". Descubre más detalles sobre cómo su abuelo vivió durante años siendo un topo ante la vista del franquismo en el vídeo principal de esta noticia.