"Yo me espero algo muy bueno por todo lo que decía ayer y los comentarios que hizo y la fuerza con la que los decía", comenta Miguel, propietario y chef de Descaro, a las puertas de Pancipelao, el restaurante de Ainhoa, una de sus rivales en este programa de Batalla de restaurantes disputado en Madrid.

Las expectativas están muy altas y eso es algo que puede perjudicar a la joven. Sin embargo, su cocinero es toda una leyenda en el mundo de la gastronomía madrileña y promete no decepcionar. Así lo descubre el propio Miguel cuando, al revisar con sus oponentes las instalaciones de este restaurante de Vallecas, descubre que puede presumir de un premio que también él ha obtenido en otras ocasiones. Ahí es cuando cae en la cuenta de algo que puede dar un giro a la actitud que ha tenido hasta ahora con respecto a Ainhoa en el programa... o no.

"Vale, ya sé quién es su padre. Ella es la hija de Tomás. Tomás lleva con el tema del cocido mucho tiempo", anuncia a los otros hosteleros, que comienzan a tenerle un poco de miedo a Pancipelao. "O sea, que competimos contra uno de los grandes", quiere asegurarse Borja, propietario y maître de Albor.

Una vez a solas con los redactores del programa, Miguel se despacha a gusto con su opinión sobre la concursante. "Tiene un padrino, digamos... importante. Muy importante. Te lo han puesto así: 'toma, aquí lo tienes. Hazlo un poquito bien y ya lo tienes hecho'", critica a su compañera, haciendo entender que en realidad ella no es quien se ha ganado el lugar que ocupa dentro de la restauración madrileña, sino su padre.

De vuelta al local, Borja critica cada aspecto de la decoración. Para él, "no tiene clase" que tenga una tragaperras y una máquina de tabaco. "Pero bueno, es un bar de barrio, tienes una barra...".