La culpa de que nuestro cerebro se resienta no solo la tiene el paso de los años, sino también nosotros mismos con nuestras actitudes, y según un estudio que recoge ABC, gran parte de este proceso de destrucción lo genera el hábito de quejarse. La noticia ha impactado a los aruser@s, especialmente a Rocío Cano. "Yo creía que era mejor fuera que dentro", dice con sorpresa.

"Es que, lo que dicen que puede ser una terapia, de quejarte, expulsarlo y olvidarlo, es al revés. Mira, hay un proverbio chino que dice 'si no tiene solución, ¿para qué te quejas? y si tienes solución, ¿para qué te quejas?", comenta Angie Cárdenas sin prestar atención a las quejas (sí, quejas) de Alfonso Arús por ' lo bajini' al que se le escucha decir "¿otra vez?" y reír.

"Ahora, cuando una persona no pare de quejarse hay que decirle 'te estás quedando sin cerebro, para ya'", bromea Marc Redondo. En el curso de la conversación, los contertulios se acuerdan de aquellos que parece que compiten para ver quién está peor. "Hay que hacer lo contrario: levantarse y escribir los motivos por los que tengo que estar contento hoy", aconseja Alba Sánchez.