Anatomía de... una corrida
Jesulín y la corrida de toros que marcó un antes y un después en el feminismo
"Yo creo que fue debido al ambiente de hermandad que había entre todas, porque para muchas fue como una liberación", recuerda una de las asistentes a la corrida de toros exclusiva para mujeres que ofreció Jesulín de Ubrique.

"Señoras y señores, hemos asistido a un acontecimiento único y a una tarde llena de emociones". Así es como describían en 1994 la corrida de toros exclusiva para mujeres que organizó Jesulín de Ubrique en la plaza de toros de Aranjuez. Un evento donde las mujeres que llevaban enamoradas de él años pudieron disfrutar de una corrida a puerta cerrada donde, se mirase a donde se mirase, lo único que había eran mujeres libres e ilusionadas por ver a su amor platónico.
9.000 fueron las afortunadas que pudieron acceder al recinto que ofrecía este espectáculo gratis, por lo que las colas eran interminables y muchas optaron por llevarse su bocadillo, hecho con ilusión, desde casa. Así lo recuerda Juana Izquierdo en 'Anatomía de...', quien asegura que estuvo preparando con su amiga por teléfono la comida: "¿De qué lo vas a hacer tú? ¿De tortilla de patata? Ay, yo de jamón".
Lo que unió Jesulín, que no lo separe nadie
Tanta serotonina reunida trajo muchas cosas buenas, pero también alguna que otra mala. "Hubo que hacer un cordón policial a la salida del ruedo, porque estaba muy expuesto", cuenta Sonia Palencia, policía local que formó parte del dispositivo de seguridad de la corrida de Jesulín.
Se puede decir que el torero salió por la puerta grande, literalmente, en hombros de una mujer. Mientras el gaditano se encontraba eufórico por haber demostrado sus habilidades delante de tanta mujer, una de ellas aprovechó para arrancarle un trozo de la chaquetilla. "Le he arrancado esto, porque no puedo arrancarle otra cosa", bromea la mujer
Los hombres que estaban esperando a sus mujeres a la salida, se quedaron sosprendidos al verlas tan revolucionadas: "¡Madre mía, qué jauría sale!". Cuando una reportera les comentaba que las mujeres habían salido obnubiladas, incluso diciendo que más de una quería un hijo de Jesulín, parece que uno de ellos ya lo tenía bastante asumido. "¿Más de una? ¡Todas!", bromeaba el señor.
Lo que está claro es que hubo un antes y un después de la corrida de Jesulín. "Yo creo que fue debido al ambiente de hermandad que había entre todas, porque para muchas fue como una liberación", recuerda, con nostalgia, pero con una sonrisa de oreja a oreja, Emma Izquierdo, mujer que asistió de público.
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