Bárcenas volvió a asegurar que el PP incumplía la Ley de Partidos Políticos porque las donaciones que llegaban a Génova superaban lo permitido y además en su mayoría, el 95% de los donantes, ni siquiera podía hacerlo porque contrataban con la administración pública. Se encargó de descartar que fueran finalistas, es decir, que a cambio recibieran una adjudicación, excepto la supuesta comisión de 200.000 euros de Cospedal.

Unas donaciones que, como mínimo, conocían el presidente y el secretario general. Y además, esta forma de llevar una supuesta contabilidad B habría sido imitada al dedillo en las sedes provinciales y regionales. Apunta a Castilla-La Mancha, Lleida, Tenerife... y sobre todo, a Galicia.

Luis Bárcenas explicó cómo supuestamente se gestionaba esto. La sede regional recibía donaciones irregulares en negro. Ese dinero se enviaba a Génova y de ahí volvía a la sede regional, ya blanqueado. Estas entradas de dinero se recogen en sus papeles, pero también las salidas, la mayoría para sobresueldos. Dio varios nombres: Pedro Arriola, Javier Arenas, Federico Trillo, Pío García Escudero... Así se hacía según el extesorero.

La seguridad con la que habla de estos supuestos pagos desaparece cuando se le pregunta por unas iniciales concretas: J.M. Y ahí lo deja, no aclara nada más. Sí lo hace, sin embargo, cuando habla de Cospedal y Rajoy. Aseguró que les entregó a partir de 2008 dinero en sobres y en billetes de 500 euros. Sobre el presidente del Gobierno lanzó varias acusaciones. Con él habría pactado y, sobretodo, le ofreció cariño.

Con él, aseguró, mantuvo contacto directo hasta marzo e indirecto hasta mayo. Javier Arenas habría sido sin embargo su mayor apoyo. A él le habría contado, cuando se fue en 2009 de la tesorería, que quedaban más de 4.000 euros en la caja. Una caja fuerte donde guardaban las donaciones y de la que él tenía la llave. Respecto a lo que quedaba, Arenas le dijo qué hacer.

Durante el interrogatorio también detalló las supuestas amenazas y sugerencias que le habrían planteado, pero desmintió que alguien le hubiera ofrecido dinero a cambio de callar. Reconoció además los SMS con Rajoy, que los papeles son sólo suyos y que es su letra, y que no tenía claro que el supuesto sistema de contabilidad B en el PP hubiera terminado.