Los brotes detectados a raíz de los viajes de fin de curso a Mallorca afectan ya a más de 400 contagiados de distintas comunidades autónomas. Además, centenares de personas permanecen en cuarentena preventiva al haber tenido un contacto estrecho con alguno de los positivos en COVID-19 diagnosticados tras estos viajes.

Por el momento, se trabaja con la hipótesis de que el inicio de este brote se dio en la calle Pere Maimó, situada en la localidad de S’Arenal de Llucmajor y en el concierto que fue desalojado en la plaza de toros de Mallorca.

Los expertos consideran que esto es una muestra de que se rompieron las burbujas y se mezclaron muchas personas de lugares distintos. Así lo ha explicado Mario Viciosa, responsable de Ciencia de Newtral en Al Rojo Vivo. "Ha habido una rotura de burbujas habituales y se han mezclado de lugares distintos. El problema es la gran cantidad de contactos generados y los posibles contactos secundarios", ha señalado al respecto.

Si bien, como aspecto positivo cree que "ha funcionado el rastreo" porque ya hay centenas de personas en cuarentena y en seguimiento. De lo que sí ha querido advertido es de que, aunque las personas jóvenes no se suelen contagiar de manera muy grave, sí pueden tener secuelas e, incluso, síntomas de COVID-19 persistente.

En la misma línea se ha pronunciado en laSexta Graziella Almendral, directora de 'Indagando TV'. Ella cree que este es el "ejemplo perfecto de que personas de procedencia distinta, grandes aglomeraciones y los viajes" pueden dar lugar a contagios, si no se cumplen las medidas de seguridad.

"Esto lo que pasa cuando no se usa mascarilla ni se respeta la distancia. Hay una sensación de que podemos hacer cualquier cosa", ha dicho por su parte el exdirectivo de la OMS Daniel López-Acuña. Él también ha indicado que, por el momento, no considera que sea oportuno retirar la mascarilla al aire libre porque "estamos justo en una situación de repuntes en grupos jóvenes y personas no vacunadas"