Adrián y Gloria son dos jóvenes de Vigo que hasta hace unos meses vivían junto a su hijo de tres años en un inmueble de 600 metros del centro de Vigo. El nuevo propietario les ofreció pagar un piso en alquiler para que abandonaran su propiedad.

Tras firmar un documento para ello, la pareja aceptó la oferta, conscientes de que sólo dispondrán de esta ayuda durante seis meses. A pesar de que valoran el gesto, saben que el nuevo propietario salió ganando, ya que si hubieran decidido quedarse, "sólo los trámites judiciales para desahuciarnos le llevarían dos años como mínimo", explican a 'La Voz de Galicia'.

La pareja, que recibe una ayuda alimentaria de la ONG Afán, tendrá que pagar el alquiler de su propio bolsillo cuando acabe el verano. Entonces, las cuentas no saldrán, pues reciben cerca de 500 euros de ayuda social y el alquiler de su piso asciende a 450 euros. Por todo ello, reconocen que tarde o temprano tendrán que volver a recurrir a ser okupas.