El ingeniero Jordi Albó, con ayuda de su equipo de investigación en robótica de La Salle-Universidad Ramon Llull (URL), ha implantado en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, el uso de autómatas personalizados que ayudan a los menores a superar su estancia en el hospital y que, además de animarles, les inculca valores positivos.

"Estos robots se usan en los preoperatorios, emergencias y, en especial, en el área de oncología, ya que se pueden llevar hasta a la quimioterapia", expica, en una entrevista, Albó. Cada robot tiene "su propia personalidad y su propia apariencia estética", ya los hay con forma de dinosaurio, de diferentes animales y personajes de dibujos animados.

"El niño sabe que el robot es un robot", pero también es capaz de "dar atributos de personas a un objeto", señala Albó. "Son robots sociales que tienen patrones de conductas como las personas" y con los que "los niños trabajan valores como la paciencia, la buena alimentación y el tener que prestar atención a otro ser", ya que los menores "tienen que darles de comer de forma equilibrada y jugar con ellos porque si no se deprimen", detalla.

Algunos modelos, que incluso ya están a la venta, "permiten extrapolar lo que funciona como un perro o un gato en una terapia alternativa además los animales necesitan más cuidados y no pueden ir al área de oncología por una cuestión de higiene", explica el ingeniero. "Los animales que se usan para terapia viven menos por el estrés que supone para ellos" mientras que si la batería de un robot se agota, se puede reemplazar por otra y los niños pueden seguir divirtiéndose.

Además, sirven para aliviar el estrés que sufren los padres de los niños ingresados o pendientes de pruebas médicas. "Los padres están súper preocupados y transmiten esa ansiedad a los niños" y si los menores están distraídos con un autómata "los padres se pueden evadir porque saben que el niño está bien", explica Albó. "Estos robots mejoran la calidad de vida en general de los niños y también pueden ayudar a niños con autismo o con daños cerebrales", concluye el ingeniero.