Yehia es un bebé de 14 meses que vive en Peshawar, Pakistán, con sus padres. Nació con dos agujeros en el corazón y dos arterias invertidas, pero la operación para curarle costaba en su país 7.000 dólares, mientras que los ahorros de sus padres, ya agotados por las facturas médicas, eran sólo de 200 dólares.

Sin embargo, una boda en Afganistán cambió la vida de la familia: se reencontraron con Farhad Zaheer, un familiar que es profesor de inglés en el país y es muy activo en las redes sociales. "Conozco a mucha gente. Contactaré con ellos", aseguró, según recoge el diario 'New York Times'.

A partir de este punto, la historia se desarrolla rápida y favorablemente para Yehia. De entre los contactos de Zaheer, Anna Mussman, una mujer de 69 años y doble nacionalidad americana e israelí con la que el profesor había tratado años atrás, decidió contactar con una entidad caritativa israelí que ayuda a niños de países en desarrollo pagándoles operaciones.

"Sé que ayudar a un niño de un país con el que Israel no mantiene relaciones diplomáticas no es fácil, pero quizá sea posible", escribió Mussman a Simon Fisher, director ejecutivo o de Save a Child's Heart. La mujer había oído hablar en la CNN de esta organización.

Esa solicitud puso en marcha una maquinaria multinacional que casi se detiene con el intento de golpe de Estado turco. Finalmente, Yehia fue operado el 30 de julio en el Centro Médico Wolfson de Holon, cerca de Tel Aviv.