La turista escocesa Kirsty Maxwell murió al caer desde un décimo piso en unos apartamentos de Benidorm. La joven de 27 años se habría equivocado de habitación cuando buscaba a sus amigas en un bloque de apartamentos en el que ella también se alojaba.

Al entrar en la habitación, se encontró a cinco hombres de nacionalidad británica aficionados al culturismo. De ellos, varios consumían alcohol, cocaína y tadalafil, un medicamento similar a la viagra.

La policía cree que Kirsty pudo verse acorralada por los hombres y su escapatoria fue intentar huir por la ventana, que daba a una piscina. Sin embargo, la joven no cayó en el agua y el golpe acabó con su vida al instante.

Los cinco sospechosos tienen gran envergadura física y cuentan con numerosos antecedentes penales. Además, su versión no cuadra a las autoridades, ya que defienden que "entró sin más en el baño de la habitación y que intentó salir por la ventana. Al no poder hacerlo, porque la ventana era muy pequeña, se dirigió a la terraza y se tiró por el balcón", según explica Vanesa Lozano, periodista de Interviú.

La mujer se había casado hace poco y no hay motivos para pensar que se quisiese suicidar. Ahora, el marido y el padre de la joven están en España y han entrado por primera vez en el apartamento de los cinco turistas británicos investigados, donde ocurrió todo. Dicen que ha sido muy duro y esperan acabar conociendo la verdad.