La investigación
policial se inició tras acudir la madre de la pequeña a una revisión rutinaria
derivada de la enfermedad neurológica que padece. En esa revisión el pediatra
le informa de que su bebé presentaba diversas fracturas, unas nuevas y otras
antiguas, en los huesos del codo, radio y tibia por lo que es trasladada al
Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca.
Así mismo esas lesiones,
según manifestaciones del facultativo, no son compatibles con la enfermedad de
la menor, sino que son objetivables y realizadas por la mano de un adulto.
Los pediatras que
atendieron, en el centro hospitalario, al bebé atribuyeron los síntomas a un
cuadro clínico llamado 'niño zarandeado', daños ocasionados por "sacudidas
violentas y peligrosas de forma repetida". El bebe quedó ingresado.
Ante todo esto y sabiendo
la madre de la pequeña que las única personas que podrían haber realizado los
hechos delictivos narrados, sería su cuidadora y su entorno, presentó la
oportuna denuncia en la Comisaría de Policía Nacional.
Las primeras
investigaciones apuntaron hacia el entorno de la cuidadora, ya que la niña se
quedaba en el domicilio de la niñera mientras la madre trabaja. En el mismo
vivían, además de la cuidadora, su pareja, hijo y padre.
Las pesquisas
policiales, las declaraciones de los facultativos y de la madre, así como los
partes facultativos llevaron a los agentes policiales a la detención de los
tres miembros de la familia que se hacía cargo de la menor cuando su
madre se ausentaba por motivos laborales. La investigación policial fue llevada
a cabo por el GRUME de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Policía
Nacional de la Jefatura Superior de la Región de Murcia.