La investigación se inició cuando los agentes tuvieron conocimiento, gracias a la colaboración ciudadana, de que durante los fines de semana varios individuos se dedicaban a introducir hachís a través de la playa de Piedra Paloma con una embarcación de recreo, ha informado la Policía en un comunicado.

Tras las primeras pesquisas, los investigadores averiguaron que estas personas utilizaban una embarcación para transportar la droga hasta la costa y que, en muchas ocasiones, introducían el hachís a plena luz del día y delante de los bañistas, a quienes amenazaban para evitar que diesen la voz de alarma a la Policía.

Un dispositivo de control y vigilancia en la citada playa culminó con la detención de tres personas y la incautación de 234 kilos de hachís, una embarcación de recreo, dos teléfonos móviles y un GPS.

Una vez que la lancha llegó a la costa malagueña y sus tripulantes comenzaron a descargar el alijo de droga, los agentes procedieron a la detención de los dos ocupantes de la embarcación. Posteriormente, y tras varias gestiones, los investigadores consiguieron identificar al propietario de la barca, que también fue detenido.