Las familias españolas se vuelcan masivamente para recibir a los que huyen de la guerra de Ucrania. Ana es una de las miles de personas que ha decidido acoger a refugiados ucranianos. "Huyen de la guerra, necesitan cariño y comprensión", expresa la mujer, quien ya ha iniciado el trámite y está a la espera de una llamada de la Cruz Roja que les informe de que los refugiados han llegado a Valencia: "Cruz Roja se pondrá en contacto con nosotros cuando los refugiados lleguen a Valencia para poder hacer la acogida", señala.

Por su parte, Andrea pondrá literas en su casa para que duerman allí refugiados ucranianos. "Me han dado una respuesta rápida, aunque los papeles llevan un tiempo", afirma.

Mientras, los teléfonos no dejan de sonar en las asociaciones. Jorge González, miembro de la fundación Expoacción, asegura que reciben "entre 500 y 600 llamadas diarias". Se trata del mayor éxodo de refugiados en 75 años. El técnico de la fundación explica que la gente llama y le toman los datos para ver quién está dispuesta a acogerlos.

Las competencias para la acogida difieren según la comunidad autónoma y hay que cumplir con una serie de requisitos. En este sentido, Cristina Junquera, responsable de Incidencia Política y Estudios de Unicef España, explica que hay que "confirmar que un niño se encuentra en situación de desamparo, y las familias tienen que cumplir con condiciones de idoneidad, deben tener medios estables de vida, capacidad de adaptación y flexibilidad".

Las dudas par lograr un acogimiento urgente llegan a los despachos de abogados en España. Emilio Ramírez, abogado de asistencia jurídica a los refugiados ucranianos, explica que para que puedan venir, "tienen que tener una documentación y las solicitudes preparadas". Son estos niños los que, además de huir de su país para sobrevivir, abren un nuevo camino para adaptarse a otra sociedad.