Joker, Gran Capitán y Sordo

Robo de película en Murcia: se llevan tres palomos campeones valorados en 170.000 euros

Los detalles Entre más de 40 palomos, los ladrones fueron directos a por los tres campeones nacionales, valorados en 170.000 euros, un robo planificado que la Guardia Civil trata ahora de esclarecer.

Robo de película en Murcia: se llevan tres palomos campeones valorados en 170.000 euros
Escucha esta noticia
0:00/0:00

Sabían exactamente lo que buscaban. Nada de improvisar ni de llevarse lo primero que pillaran. Los ladrones que entraron en un palomar de la localidad murciana de Fortuna tenían un objetivo muy claro: tres palomos de élite, valorados en unos 170.000 euros. Y lo consiguieron.

No fue casualidad. Dentro había más de 40 aves, pero los intrusos solo abrieron las jaulas de Joker, Gran Capitán y Sordo, tres auténticas estrellas de la colombicultura. Un deporte poco conocido para muchos, pero con miles de seguidores en la Comunidad Valenciana y en Murcia, donde los palomos compiten en algo tan peculiar como seducir a las hembras el mayor tiempo posible.

"No es lo mismo uno que hace una temporada, que otro que ves más, se revaloriza por los años y por el currículum que tiene", explica José Enrique, presidente del comité de inspectores de la Federación de Colombicultura de la Comunidad Valenciana. Dicho de otra forma: cuanto más brillan en competición, más sube su precio… y más golosos resultan para los ladrones.

La Guardia Civil investiga ya el caso, aunque todo apunta a que detrás podría haber aficionados del propio deporte. No sería la primera vez: "Les da igual, donde haya, todas las semanas recibimos denuncias de robo", lamenta José Enrique.

El problema para los ladrones es que estos palomos tienen DNI: cada uno lleva una anilla con su número de identificación. Es una huella imposible de borrar sin delatar cualquier manipulación, lo que hace muy difícil revenderlos.

Criarlos no es cuestión de suerte. Requiere años de dedicación, entrenamientos varias veces por semana y una selección genética muy cuidada. Por eso, para los propietarios, perderlos es mucho más que un golpe económico: es ver cómo se esfuma el trabajo de toda una vida.

Un robo de película, con un botín alado y tres protagonistas muy poco comunes.