Pese a que aún está lejos de poder denominarse "moda" entre los jóvenes, el juego del muelle parece haber llegado a España. Para llevar a cabo este 'juego', los chicos se sientan en círculo sin ropa interior, y mientras mantienen la erección, las chicas se van sentando sobre ellos alternativamente forzando una penetración durante 30 segundos. El primero que eyacula pierde, y el sistema continúa hasta que sólo queda uno.

Pues bien, los riesgos son obvios, pero muchos menores parecen no ser conscientes de lo que puede generar. En primer lugar, los embarazos no deseados. Esta práctica es realizada sin preservativo en ocasiones, lo que puede provocar este tipo de problema.

Por otro lado, las enfermedades de transmisión sexual. En este apartado, la peor parte se la llevan las chicas, porque aunque sí se utilice preservativo, ellas sí estarán expuestas a este tipo de enfermedades al dejar sus secreciones en el condón que posteriormente utiliza otra chica.

El SIDA no es el único peligro al que se pueden enfrentar, y es que otras ETS pueden aparecer ante una práctica tan peligrosa. Un ejemplo es el sífilis, cuyo contagio no está aislado por el uso del preservativo y que puede facilitar la infección del VIH en futuras relaciones.

Otros ejemplos de afecciones contra las que el condón no puede dar seguridad al 100% son la clamidia o la gonorrea.

Además de las ETS, a las que los chicos también están expuestos, existe el riesgo de vaginismo para las chicas. El problema de esta práctica es que no hay ningún tipo de preparación para la penetración, que además se puede producir en una menor que no está preparada. El forzar la penetración puede dar lugar al vaginismo, una afección que provoca que las relaciones sexuales puedan llegar a ser muy dolorosas.