Las labores de rescate de Julen en el pozo de Totalán se están retrasando continuamente a razón de la complejidad del terreno donde se ha producido el suceso, hasta el punto en que los equipos que trabajan para sacar al pequeño del agujero han tenido que hacer uso de explosivos para continuar avanzando.

Así lo ha anunciado Jorge Martín, portavoz de la Guardia Civil, que ha explicado por qué "se ha procedido a una tercera microvoladura" para seguir con las labores de rescate. Pero ¿en qué consisten estas microvoladuras que se emplean para la perforación del túnel?

En el caso del rescate de Julen, dos mineros perforan varios agujeros en la roca que no pueden romper a mano, e introducen cargas explosivas. Tras hacer esto, cambian posiciones con guardias civiles especializados en maniobrar con este tipo de artefactos y que se encargan de introducir los explosivos.

Después, el equipo de rescate sale a la superficie y detonan a distancia el artefacto, que produce una pequeña explosión ideada para que afecte únicamente al objeto más próximo que se quiere derribar. Sin embargo, ahí no acaba el proceso, pues se ven obligados a esperar entre 30 o 40 minutos para eliminar el aire contaminado y los gases producidos por la explosión.

En total, todo el proceso para ejecutar las microvoladuras dura entre hora y media y dos horas. A ello hay que tener en cuenta que se han empleado hasta tres microvoladuras para avanzar por el canal subterráneo creado para llegar a Julen, por lo que el dispositivo final de socorro se ha retrasado hasta seis horas. No se descarta que se emplee más, como ha explicado Martín: "Ha despegado el helicóptero de la Guardia Civil a Sevilla para recoger más material explosivo".

Tras las microvoladuras, los bomberos han tenido que pulverizar agua en el interior de la excavación para hacer caer la nube de polvo y gases en el interior de la excavación.