Los mineros que participan en el operativo de rescate de Julen vuelven al túnel horizontal que les llevará hasta el pozo en el que se encuentra el pequeño, después de realizar una cuarta microvoladura al encontrar una veta de piedra caliza cuya dureza ha retrasado las labores de rescate.

La brigada minera ha conseguido excavar 3,35 metros, pero ha encontrado una veta de extrema dureza. La nueva microvoladura ha sido "extremadamente precisa" porque los rescatadores están muy cerca de donde creen que se halla el niño, ha explicado el portavoz de la Guardia Civil, Jorge Martín.

Una vez que se acceda al lugar donde está el niño, los mineros encargados de excavar la galería horizontal en la que se está trabajando dejarán el rescate de Julen en manos de la Guardia Civil, según ha indicado Martín.

Cada microvoladura supone un proceso de más de dos horas, ya que primero dos mineros descienden hasta el punto donde se construye el túnel horizontal y perforan en la roca varios agujeros en los que después se introducirán las cargas explosivas.

A continuación, los mineros ascienden a la superficie y son relevados por dos guardias civiles del Servicio de Montaña, especialistas en espeleología y microvoladuras, que descienden e introducen las cargas explosivas en los orificios.

Después, con todo el personal en la superficie, las cargas han sido detonadas, tras ser previamente preparadas por los técnicos en desactivación de explosivos (TEDAX) de la Guardia Civil.

Los efectivos de la Brigada de Salvamento Minero han realizado ya más de tres metros de la galería horizontal que se excava para intentar encontrar a Julen, el niño de dos años que cayó en un pozo de más de 100 metros de profundidad en Totalán (Málaga) hace once días.