Los inmigrantes, todos de origen subsahariano, podrían haber naufragado en su intento de llegar a costas españolas en patera durante los últimos días, en los que se había decretado alerta amarilla por fenómenos costeros en aguas de Melilla.

Según han informado fuentes de la Delegación del Gobierno en Melilla, los cadáveres de los inmigrantes fueron avistados por el buque de pasajeros Sorolla, de la compañía Trasmediterránea, poco después de salir del puerto de la ciudad autónoma rumbo a Almería.

Media hora después, el ferri avistó a unas cuatro o cinco millas de navegación una veintena de cuerpos flotando en el mar, por lo que dio aviso a Salvamento Marítimo y se activó un protocolo de actuación, en el que participó el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS).

Una vez en la zona donde fueron localizados los cadáveres, la Guardia Civil prestó colaboración a las patrulleras marroquíes, que se hicieron cargo de los cuerpos al tratarse de aguas de su competencia.

Debido a las corrientes y al estado de la mar, las autoridades de ambos países determinaron la necesidad de rastrear la zona de forma más amplia, por lo que dos embarcaciones del GEAS siguieron cooperando en la localización de los cuerpos en un dispositivo que se alargó hasta entrada la noche.