Tenía sólo 8 años cuando
ingresó en un centro de menores y a los doce pasó a otro de internamiento. Él asegura
que así es como lo recibieron los educadores: "Te reducen para que no te pongas agresivo con el
resto, contigo mismo. En mi caso, por ejemplo, me hicieron una fractura de dos
costillas".
Explica que las palizas
y la anarquía eran la tónica habitual en estos centros. "Yo cuando era menor
robaba y lo sabían", asegura ante las cámaras de laSexta.
'Te reducen para que no te pongas agresivo con el resto, contigo mismo'
Relata que al poco
tiempo de ingresar comenzó a ver cosas extrañas entre sus compañeros: "Yo tenía
una compañera que cada semana tenía un novio nuevo y a cada novio le sacaba un
móvil. De repente venían con una consola. De repente venían y compartían con
todos… algo que nunca habían hecho".
Él asegura que se dedicaban a la prostitución: era dinero fácil
a lo que pocos podían resistirse. Cree que
los menores viven en un infierno que se agrava cuando salen de los centros. "Hay
un compañero mío que estuvo en el centro, que ahora mismo sin ser homosexual,
se está prostituyendo con hombres porque lo dejaron totalmente desamparado",
relata.