Un joven ha sido condenado a nueve años y medio de cárcel por dos delitos de agresión sexual tras violar a su amiga. La condena se produce por la declaración de la víctima corroborada por otros indicios externos, como los mensajes de WhatsApp en los que el joven reconoce los hechos. LaSexta ha tenido acceso a la sentencia en la que aparece el intercambio de mensajes entre él y la víctima.
El 20 de abril de 2019, cuando él la violó, el acusado (que tenía 19 años) y la joven (de 18) mantenían una relación de amistad y confianza desde hacía varios años. Así lo recoge el escrito, que detalla los hechos descritos por la joven así como las conversaciones que mantuvo el agresor con ella tras la violación.
Ambos acudieron esa noche a una discoteca en la localidad de Platja d'Aro. Sobre las 5:20 horas, decidieron coger un taxi en dirección a la casa del condenado para dormir. Eran amigos y no era la primera vez que ella pernoctaba en su casa, evitando ir a la casa donde dormía su familia para no molestar a sus abuelos llegando de madrugada.
Así, al llegar a la vivienda del ahora condenado ella se tumbó a dormir en la cama de la habitación de invitados, y él se fue a su habitación. Antes, había cerrado con llave la puerta de a casa y se había ofrecido a poner a cargar el móvil de la chica.
Pasado un rato, como relata la sentencia en base a la declaración de la víctima, el joven "movido por el ánimo de satisfacer sus instintos sexuales, accedió en calzoncillos a la habitación en la que se encontraba ella". Se tumbó en la misma cama, empezó a besarla y a tocarle a pesar de que ella le pedía que parase y le manifestaba de forma repetida que no quería mantener ningún tipo de relación sexual.
Pero el joven, en actitud agresiva, no paró y le quitó por la fuerza la ropa, la colocó bruscamente boca abajo, se sentó encima de ella le inmovilizó los brazos para vencer la oposición que ella ejercía frente a él, le separó con fuerza las piernas mientras ella las intentaba cerrar e intentó penetrarla vaginalmente, sin conseguirlo.
Lloraba, estaba muy agobiada, muy nerviosa, no podía articular palabra"
Entonces, él se dio la vuelta y se puso a dormir. Ella "bloqueada y con miedo, temblaba" y se sintió atrapada. Recordó entonces que la puerta estaba cerrada con llave y que no tenía con ella su teléfono móvil. una hora después, él volvió con más agresividad a colocarla boca abajo, a reducirle y a abrirle las piernas, pese al forcejeo de ella. Finalmente la violación se consumó.
Cuando el joven se marchó a su habitación ella se vistió y le pidió que le abriese la puerta de la casa. Tras salir de allí, "llamó inmediatamente" a otro amigo" pidiéndole que le fuera a buscar, y este acudió en su búsqueda junto a otro amigo. El relato de estos dos testigos ha sido también fundamental en el juicio: ambos contaron que se la encontraron en un estado de ansiedad indiscutible, que lloraba, que estaba muy nerviosa y que no podía articular palabra.
La conversación que evidencia los hechos
Tras relatarle lo ocurrido a sus dos amigos, uno de ellos le propuso hacerse pasar por ella en WhatsApp y comunicarse con su agresor. Ella aceptó y entonces escribió desde el chat a su violador. "Te has pasado mucho. Creo que me debes una disculpa", arrancaba la conversación, a lo que el agresor respondía: "Un poco sí", y le pedía perdón.
El acusado, que se pensaba que estaba hablado con la joven, reconocía que no tenía "derecho" a hacer lo que había hecho y concluía: "Me pusiste mucho y se me fue".
Estas conversaciones complementan y "dan credibilidad" a la declaración de la víctima, y así lo estima el Tribunal. No obstante, el ahora condenado defendió ante el tribunal que sus mensajes se habían mal interpretado, pero al ser preguntado por qué es lo que quería transmitir a la víctima, no es capaz de explicarlo.
Finalmente, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Girona ha condenado al joven a seis años y seis meses de prisión por un delito de agresión sexual y a otros tres años de prisión por delito de agresión sexual en grado de tentativa. También tiene prohibido acercarse a la víctima, a la que debe indemnizar con 15.350 euros. Esta condena se produce por la declaración de la víctima corroborada por otros indicios externos.
Además de las lesiones que le provocó a la joven la violación, la chica necesitó asistencia psicológica y tratamiento farmacológico para sanar las secuelas de la violación.
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