Un hombre ha ingresado en prisión por colocar un artefacto explosivo en el motor de una excavadora de la empresa que lo despidió, en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona); lo había programado para hacerlo estallar cuando estuviera siendo usada por los trabajadores.

Los hechos se remontan al pasado 10 de marzo. Los Mossos recibieron a las 8:00 horas la llamada de unos operarios, que alertaron de que había un artefacto explosivo dentro del motor de la excavadora que utilizaban para una obra en Castellbisbal. Allí los especialistas lo desactivaron y procedieron a su recogida sin que llegase a detonar.

El artefacto era de construcción casera pero muy elaborado y consistía en una garrafa llena de gasolina de la que salía un cableado que conectaba con una placa electrónica, la placa era programable y se alimentaba con pilas. Este aparato estaba programado para activarse a las 9:15 horas, momento en que los operarios la utilizarían para trabajar.

Los agentes de la Comisaría General de Información iniciaron una investigación para determinar la autoría de los hechos. Los investigadores junto con la División de Policía Científica y TEDAX-NRBQ relacionaron este artefacto con un hombre que había trabajado para la empresa poco tiempo antes y que fue despedido. Se da la circunstancia de que, la semana anterior hubo, en la misma obra, un sabotaje en dos máquinas: alguien había puesto azúcar en el depósito de la gasolina.

El 4 de mayo los investigadores hicieron una entrada y registro en el domicilio del presunto autor en L'Hospitalet de Llobregat, un varón de 45 años y de nacionalidad española. Dentro del piso localizaron varios componentes similares a los empleados en Castellbisbal.

El hombre fue detenido en ese momento, como presunto autor de un delito de homicidio en grado de tentativa, uno de tenencia ilícita de artefacto incendiario y uno de daños en grado de tentativa. El arrestado pasó a disposición judicial el 5 de mayo en el juzgado de guardia de Rubí, que decretó su ingreso en prisión.