El excomisario Villarejo, en prisión preventiva desde finales de 2017, ha sido juzgado por primera vez por dos delitos (uno de calumnias y otro por denuncia falsa) contra exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán. Además, se trata de un juicio que cuenta con el testimonio de Corinna Larsen, a quien el excomisario habría "engañado y seducido".
Precisamente, gracias a las declaraciones de Larsen, la Fiscalía ha optado en sus conclusiones por modificar su escrito y "retirar la acusación por el delito de calumnias". Es decir, si bien Villarejo se sentaba en el banquillo esta mañana con una posible condena de dos años, la alianza establecida con Corinna ha hecho que se reduzca dicha cifra a la mitad.
El excomisario ha asegurado en su intervención que el CNI le ordenó acercarse a Corinna porque "tenía información muy comprometedora para los intereses de España". Asimismo, se ha reafirmado en las declaraciones que hizo en 2017 en el programa Salvados, de laSexta. En dicha entrevista, el acusado aseguró que Larsen había sido amenazada de muerte; unos hechos que, según la propia Corinna, son ciertos.
Junto con eso, Villarejo ha asegurado que, en sus acercamientos a Larsen, adoptó el papel de un abogado: "Intenté cumplir mi función en Inteligencia: convencerla, seducirla, engañarla... Porque era mi trabajo", describe.
Las declaraciones de Roldán, la otra cara del juicio
Los dos delitos a los que se enfrentaba Villarejo esta mañana giran alrededor del mismo nombre: Félix Sanz Roldán. Paradójicamente, el exdirector del CNI ha alegado durante su intervención que no comparte ningún vínculo con el excomisario: "No conocía a Villarejo, lo he visto hoy por primera vez en mi vida. Y jamás he tenido una conversación o entrevista con él", expresaba ante la audiencia. El propio magistrado ha tenido que llamar la atención del acusado, que no ha podido evitar revolverse tras escuchar estas declaraciones.
Ahora bien, Roldán no solo ha procurado desmentir su relación con el acusado, sino que, tras ser preguntado por el programa de Salvados, también ha negado las alegaciones de Corinna: "Es mentira, jamás he amenazado a una mujer y a un niño. Jamás.", ha expresado con vehemencia.
En cualquier caso, las palabras del exdirector de los servicios de Inteligencia no han sido suficientes para convencer a la Fiscalía de mantener la acusación, especialmente ante la fuerza de los testimonios de Villarejo y Larsen (reproducidos de forma casi exacta). Sí se sigue investigando, en cambio, un posible delito por denuncia falsa.
Las últimas palabras de Villarejo: "Ya me lo han quitado todo"
Durante toda la mañana, en sus declaraciones ante el juez, Villarejo ha espetado que todo lo ocurrido ha sido un ataque contra su persona. Un victimismo que se ha hecho especialmente latente en los últimos momentos del juicio, cuando se le ha ofrecido esgrimir unas últimas palabras.
En este sentido, Villarejo ha querido mostrar su pesar por la acusación: "Ya me lo han quitado todo, llevo cuatro años en prisión. Pero lo que no me van a robar es la convicción de que sigue habiendo justicia en España", ha espetado. También, en más de una ocasión, se ha mostrado irónico ante la audiencia: "Toda mi vida ha debido de ser una estupidez, debo de ser el más tonto de España".
Este tipo de comentarios también han aparecido en los primeros momentos de la mañana, cuando reconocía haber denunciado ante la Justicia Félix Roldán: "He interpuesto inútilmente las denuncias, debo ser el único idiota en este país que se atreve a denunciar al director del CNI o a algún fiscal anticorrupción", repetía el acusado. Por el momento, tendrá que esperar para saber si finalmente aumenta su tiempo en prisión (aunque en este caso, no preventiva). Pero, al menos hoy, ha podido recoger los frutos de contar con la ayuda de la examante del rey emérito.
016, teléfono contra el maltrato
Un hombre mata a una mujer a puñaladas delante de su hija mientras conducía y sufre un accidente en Mallorca
Los datos Con este nuevo crimen son ya 44 las víctimas por violencia machista en 2024. Se trata de la primera víctima mortal por violencia de género en Baleares desde 2021, según datos de la Delegación del Gobierno.