En unos días, Isabel Matia se va de Erasmus a Londres. La joven ha estado buscando piso durante semanas, pero ha sido misión imposible. "Las opciones más baratas son de entre 800 y 900 libras a la semana, y sin gastos incluidos" denuncia. Y en la misma situación está Mario Castaño, quien también empezó a buscar en junio alojamiento en Alemania, aunque no encontró nada. Ahora, lleva dos días en el país y sigue sin encontrar un sitio en el que poder quedarse "de forma permanente".

Cada año, miles de estudiantes Erasmus se topan con el mismo problema: encontrar un alojamiento asequible donde poder vivir. "Un 28% de estudiantes nos notifican que encuentran problemas a la hora de la búsqueda de alojamiento", señala al respecto Ángel Pérez, presidente de Erasmus Student Network (ESN) España.

Las opciones son variadas, aunque también sus precios: un Colegio Mayor cuesta entre 1.000 y 1.500 euros de media al mes; una residencia entre 700 y 1.000 euros y un piso compartido entre 800 y 1.500. Por ello, muchos optan por una habitación en piso compartido por la que pagan entre 300 y 600 euros al mes, aunque no siempre la encuentran. En este sentido, Ángel Pérez afirma que "puede resultar más cómodo y más económico, pero también se corre un riesgo mayor estafa y de especulación con los precios de alquiler".

Florian Charrot, alemán en Sevilla, encontró anuncios de habitaciones por 350 euros. Sin embargo, tenían letra pequeña: "Cuando quieres firmar el contrato, hay más costes que aparecen, como 50 euros para ropa de cama o 200 euros de gestión administrativa", subraya.

Para ayudarles, existen plataformas como 'Spotahome', que les garantiza seguridad en el alquiler, incluso antes de llegar al destino: "Validamos al propietario, nos aseguramos de que no hay fraude, verificamos la propiedad, y hacemos fotos y vídeos", explica Eduardo Garbayo, responsable de Operaciones y Negocio de 'Spotahome'.

Así fue como Manuel Ibáñez, estudiante de Movilidad Nacional, encontró su piso en Madrid desde Granada. "Nos dejaba reservar por meses, que era otro de los problemas, que yo me venía de septiembre a mayo y casi todos los contratos son de un año", destaca el joven.

De esta forma, con plataformas como 'Spotahome' se consigue una mayor seguridad tanto para el propietario como para el inquilino, con el objetivo de que los jóvenes puedan disfrutar de un curso que esperan que sea inolvidable.